¿Alguna vez has tenido un gatillazo? Si es así, lo primero, no debes preocuparte. La mayoría de los hombres lo ha experimentado alguna vez en la vida y es un episodio muy común en jóvenes menores de 40. Para definir qué es un gatillazo vamos a remitirnos al término médico: detumescencia precoz.

La detumescencia precoz es la imposibilidad repentina y transitoria de mantener una erección, impidiendo que se produzca el coito y que se llegue a la eyaculación.

Pero ¿por qué se produce esta interrupción repentina de la erección? Las causas pueden ser muchas: desde una preocupación en nuestra cabeza o una situación de estrés, hasta las altas expectativas o el miedo al fracaso. Eso sí, hay que diferenciar el conocido coloquialmente como “gatillazo” de la disfunción eréctil, que supone problemas de erección de forma prolongada, generalmente, en un periodo superior a seis meses.

Si las dificultades para mantener una erección son continuas en el tiempo es recomendable acudir al urólogo, quien te propondrá una serie de soluciones que no harán más que mejorar tu vida sexual. Esta dificultad no es algo raro, de hecho, 1 de cada 5 hombres la padecen. Si crees que puedes necesitar tratamiento para la disfunción eréctil, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que uno de nuestros urólogos pueda realizar un diagnóstico de tu caso.

Pero el “gatillazo” en sí no es una forma de disfunción eréctil, sino que define un problema esporádico que afecta a un número elevado de hombres. La mejor solución, como iremos viendo a lo largo del post, es no darle una gran importancia y dialogar sobre ello con tu pareja.

¿Cuáles son las causas del “gatillazo”?

A diferencia de la disfunción eréctil, donde las causas orgánicas son las más comunes, en el gatillazo, la mente del hombre es el principal enemigo: las causas son psicológicas. Muchas veces, la pérdida de la erección se produce ante pequeñas señales como puede ser un cambio de postura o el momento de poner el preservativo. Las más habituales son las siguientes:

  • Estrés
  • Preocupaciones
  • Miedo al fracaso
  • Altas expectativas
  • Falta de confianza
  • Fatiga
  • Falta de sueño
  • Exceso de alcohol
  • Prisas

En definitiva, un exceso de nerviosismo y de ansiedad que fomenta que el hombre anticipe el fallo antes de que se produzca. Si se produce un gatillazo, es necesario comprender que se trata de una respuesta del organismo completamente normal y que, que haya pasado una vez, no significa que se vaya a producir siempre.

Solo hay que tratar de no obsesionarse y hablar abiertamente con la pareja sobre lo que ha pasado, la mejor fórmula para afrontar una nueva relación sexual sin presión alguna.

¿Cómo evitar los gatillazos?

Los gatillazos no son previsibles y la detumescencia precoz no es una patología, sino un episodio puntual. Es reseñable que suele producirse en personas menores de 40 años, que normalmente no tienen ningún problema orgánico. Entonces, para evitar este problema que la mente genera de forma inconsciente lo mejor es no darle más importancia de la que tiene, ya que no se trata de una disfunción constante.

En cualquier caso, para tener una vida sexual más saludable te recomendamos que sigas hábitos saludables como practicar deporte, mantener una alimentación saludable, higiene corporal y, sobre todo, una buena comunicación en pareja.